lunes, 14 de diciembre de 2015

El cuento de Roldolfo el reno

Hoy vamos a leer el cuento del reno Rodolfo. Gracias a este relato vamos a aprender a apreciar qué nos hace a cada uno diferentes, únicos y especiales.
¡Feliz Navidad!

Rodolfo el reno de la nariz roja

“Hace muchos muchos años, tantos que ni me acuerdo, existió un reno llamado Rodolfo, único en el mundo entero ya que tenía una nariz grande y muy roja.  Como era natural, la gente lo conocía como “Rodolfo, el reno de la nariz roja”. Rodolfo no era feliz, sentía una terrible vergüenza por culpa de aquella enorme nariz roja y todos los demás renos que con él vivían, se burlaban continuamente de él. Toda su familia estaba muy triste por aquella pena tan grande que siempre envolvía a Rodolfo y , aunque trataban de animarlo, nunca lo conseguían.
– ¡Mira Rodolfo! Mi cuello es más largo que el tuyo – Decía su hermana.
– Rodolfo, yo quiero tener una gran nariz roja – decía su mamá
Pero Rodolfo seguía triste y avergonzado por ver que él y solo él tenía aquella nariz tan diferente a los demás.
Una Nochebuena, Santa Claus preparaba su trineo como cada víspera de Navidad, pasando lista a cada uno de sus renos para que ninguno quedara descuidado:
-Danzarín – Decía Santa en voz alta
-din din din – respondía el reno moviendo su cabeza y haciendo sonar unos cascabeles.
-Juguetón – Seguía pasando lista Santa.
Santa Claus debía estar preparado para dar la vuelta al mundo entero para que ningún niño quedase sin regalo en el día de Navidad, pero de pronto una terrible tormenta se desató y una espesa niebla cubrió el cielo, evitando que los renos pudiesen levantar el vuelo e impidiendo que el pobre Santa pudiese ver una sola chimenea aunque la tuviese delante de los mismo ojos.
Todos los renos lloraban sin cesar y Rodolfo, al escuchar los gemidos, acudió a ver que pasaba. Aunque Rodolfo no se había dado cuenta, su nariz brillaba más que nunca e iluminaba el camino por el que pasaba con una intensa luz roja. Santa Claus, otra vez ilusionado, se dio cuenta que esa era la respuesta a su problema: Rodolfo sería el líder de aquella misión, su nariz iluminaría el largo viaje que les esperaba aquella noche.
Rodolfo, con su roja nariz, guió a los demás renos a través de la niebla y condujo a Santa a cada una de las chimeneas.  Esa terrible noche ni la lluvia, los truenos, la nieve o la niebla pudieron detener a Rodolfo que con su gran nariz roja iluminó el camino. Y así fue como Rodolfo se convirtió en el reno más querido y admirado de todos, esa gran nariz que un día lo hizo sentir tan mal, hoy era la envidia de todos en el mundo de los renos. Desde ese momento, todas las Navidades, Rodolfo trabaja junto a Papá Noel, y es respetado y admirado por el resto de su manada. Rodolfo el reno es el héroe de la Navidad.



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